Artículo publicado en Metro, el 4 de junio de 2014, por Sarah Vázquez
Dennis fue impactado por un proyecto de mentorías que trabaja con la autoestima, autoeficacia y expectativas futuras sobre estudio y trabajo en los jóvenes.
Dennis Ricard no tenía rumbo alguno en la vida y su relación familar no era saludable, pero afortunadamente todo eso cambió tras entrar al Proyecto Cumbres, programa de mentorías de la organización de base comunitaria Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo.
El joven relató que previo a su participación en el proyecto asistía a la escuela por compromiso pero que no tenía motivación alguna. “Una de las cosas que identifiqué luego del proceso era que yo no tenía en los planes ir la universidad y no tenia ningún tipo de relación con los miembros de mi familia”, dijo Ricard.
Ya estando en el proyecto, Dennis decidió establecer como meta mejorar su aprovechamiento académico y lograr un vínculo afectivo con su familia. “El proceso fue difícil, pero cuando me parean con mi mentor para mí fue un gran apoyo ya que tenía a alguien que hablaba el mismo idioma de la organización y sabía las distinciones de lo que yo había declarado, que era pasar mis clases con A y establecer una relación con mi familia”, precisó el joven, quien superó los obstáculos y logró alcanzar la metas que se había impuesto.
Actualmente, Dennis cursa su segundo año de estudios universitarios en la Universidad del Turabo. Este precisa que día a día trabaja para que su relación con su familia funcione, pero si hay algo de lo que en este momento de su vida está seguro es que “sí vale y sí importa como persona”.
Por su parte, Samuel González, quien fue mentor de Dennis durante su participación en el programa, destacó que su motivación fue el hecho de todos los días se dice que la juventud está perdida pero “si no haces nada para evitarlo eres parte del problema y no la solución”.
González agregó que en un principio el pensó que llegaría a ayudar a alguien pero la realidad es que en el proceso el también ha crecido como persona. A su vez entendió que no hay nada mejor que “escuchar sin juzgar y escuchar con amor”.
El ciclo de cada proyecto Cumbres tiene una duración de 12 meses y consiste de un entrenamiento de tres meses para los mentores, un primer taller vivencial intensivo para establecer la relación entre los participantes y los mentores, llamadas telefónicas semanales, visitas a la residencia de los participantes, apoyo académico y terapias psicológicas.